La disfunción eréctil, también llamada impotencia masculina, es la dificultad para lograr o mantener erecciones. Si bien es parte del proceso de envejecimiento, puede aparecer a cualquier edad. Los problemas para lograr una erección pueden ser vasos sanguíneos tapados, una lesión nerviosa causada por la diabetes, baja testosterona, altos niveles de colesterol, entre otros, por lo que buscar tratamiento médico es de suma importancia. Asimismo, puede deberse a un estilo de vida poco saludable, estrés físico y mental o un trauma psicológico.

Terapia de choque para disfunción eréctil

Una opción de tratamiento para la disfunción eréctil es la terapia de ondas de choque. Por medio del uso de energía eléctrica se mejora el metabolismo y se estimula el flujo sanguíneo, así como la regeneración de tejido dañado, de tal forma que se pueda recuperar la capacidad de mantener erecciones.

La eyaculación precoz sucede sin control y de manera prematura; puede suceder antes de la penetración o justo después de ésta. Asimismo, puede ser una condición que se haya tenido toda la vida o que se desarrolle con la edad como síntoma de otra afección (la cual puede tener un origen psicológico). Con el tratamiento adecuado se puede corregir este padecimiento.

Se considera infertilidad cuando, después de un año de intentarlo, no se logra un embarazo; puede deberse en igual medida tanto al organismo del hombre como al de la mujer. La infertilidad masculina es causada por clamidia o gonorrea no tratadas, problemas hormonales, enfermedades genéticas, bloqueo de conductos seminales, bajo conteo de espermatozoides, semen demasiado espeso o ausencia de espermatozoides en el semen, entre otros. Con el tratamiento indicado es posible corregir la infertilidad masculina, para lo cual un médico especialista deberá realizar pruebas que determinen la causa y el mejor curso de acción.